No he escrito en, no sé, un tiempo. Lo evité, porque tenía miedo. Escribir me recuerda quien soy, y quien soy me molesta y me avergüenza. Cuando escribo aquí, es como dejar las cosas en el piso en medio de una habitación y luego irse y nunca volver, pero siempre vuelvo.
Cada vez que regreso a escribir, olvido cómo decir las cosas. No tengo ganas de entrar en detalles, pero me mudo a otra ciudad. Tengo muchos suéteres y expectativas de que todo mejore. Lo único que me queda de mi comportamiento autodestructivo son cicatrices bastante obvias y cuchillas que no he tirado a la basura porque me encariño profundamente a cosas y personas, y una de esas cosas resultaron ser cuchillas. Cuando llega el momento de moverme y dejar cosas atrás es difícil porque me debato entre dejarlas y ser una persona nueva o quedarme con ellas para evitar una posible nostalgia en el futuro. No tengo mucha hambre últimamente, y no quiero comer porque todavía me siento inadecuada. Cualquier persona que tenga cariño por mí me asusta. Empecé a ver Freaks and Geeks, me gusta mucho.
Alguna vez has entrado a casa y te has visto rodeado de un fuerte olor a marihuana?
Ahora me debato entre decir adiós o desaparecer y volver algún día o nunca volver temiendo tener que dar explicaciones.
Estoy entre tener muy baja autoestima, ser completamente narcisista y tener un pensamiento de imagen corporal que dicta el feminismo, entre morirme de hambre por una semana o comer una pizza entera, entre ser optimista o pensar que todo, inevitablemente, será malo.
Mi gata es molesta y necia, hace mucho no quería a un animal tanto como la amo a ella.
Quiero decir todo pero luego no tengo nada.
Lo bueno de ser nada es que puedo ser cualquier cosa.