Mi novio y yo terminamos hace un mes. Casi dos años, una vida entera de planes, y ahora somos amigos. Respeto su decisión porque sé bien que una realidad dura de la vida es que nadie, nunca, le debe a nadie quedarse en su vida (bien, en una relación en este caso, porque aún somos amigos). El primer día no me importó, luego lloré por tres días seguidos sin comer ni levantarme de la cama.
Cae la noche del tercer día. Estaba muerta de hambre y honestamente cansada de estar en la cama. Me levanté y me comí una piña entera y de repente sentí ganas de vivir. Y así es como he vuelto a mí misma y soy tan fuerte como nunca. Ya no dependo emocionalmente de nadie. Mi vida esta completa conmigo en ella. Estoy emocionada y quiero vivir. Soy feliz. A veces sí pienso el él y me siento algo triste pero sé que es temporal. Por lo general, me considero alguien feliz. De hecho, nunca he sido tan feliz en mi vida.