Wednesday, August 21, 2013

No sé qué escribir. Casi ni me atrevo a venir aquí y escribir algo porque solamente sería algo sin ningún sentido.
Ayer, en clase, volví a tener mucha ansiedad durante las primeras 3 horas. Era insoportable, tan mal que estaba segura de que no iba a aguantar todo el día. Hoy no fui a clase, tenía miedo de que volviera a parar. Mañana tengo exámenes entonces voy a llevarme una cuchilla que esté afilada, no como la que guardo en mi bolso, que tiene menos filo que cualquier otra que he usado, y si tengo ansiedad otra vez voy a encerrarme en el baño por dos horas a cortarme hasta que me desangre. Nah, no es en serio. Igual lo mio son las piernas, por eso no voy a desangrarme a menos a que me cortara a una profundidad que nunca voy a alcanzar.
Mi mamá sí se enojó porque hoy no fuera a clase y dijo que así sería cuando consiguiera trabajo. En el trabajo, te pagan por hacer algo que no te gusta. En la escuela pagas para hacer algo que no te gusta. No sé el resto, pero si necesito efectivo para vivir no creo que me atreva a poner mis sentimientos o integridad humana en general. Porque, como todo el mundo sabe, hacemos una cantidad ridícula de cosas por papel coloreado.
Estoy obsesionada con Pewdie Pie. Es muy gracioso, entonces veo sus vídeos y siempre me siento mejor. Ya había leído gente que decía que cosas como ver una película que adoraban o algo así les subía el animo al punto de mantenerlos limpios de auto-lesiones, pero honestamente pensaba que era ridículo. Sin embargo, resulta que no. Es algo que te distrae y capta tu atención al punto en que ya no tienes que preocuparte por lo que está pasando. Podrá sonar estúpido, pero mientras que me ayude no me importa que tan estúpido puede sonar.
Me odio a mi misma y quiero morir. Tengo que dejar de comer o nunca voy a ser una bolsa de huesos. Ahora tengo el hábito de que cuando me despierto mi mandíbula hace algo raro y dos de mis dientes se raspan entre ellos. Es molesto, entre ayer y hoy me ha pasado unas 3 o 4 veces y ya me duele el diente. Raspé hasta el punto que mi colmillo derecho ya no termina en punta sino que es un borde derecho. Lo acabo de notar con un espejo. Seguramente también estoy apretando la mandíbula mientras duermo. No entiendo por qué, no estoy debajo de tanto estrés. Digo, ya no. No sé. Es una molestia.
Mejor aún: mi papá acaba de traer más comida. Si siguen insistiendo, voy a tener que empezar a tragar eméticos.
Hace bastante tiempo me dí cuenta de que la gente no me odia, porque no soy tan importante. Simplemente les parezco insignificante y me omiten porque no soy una parte importante de sus vidas. Soy tan insignificante para ellos como lo soy para mi misma. Aunque, siendo sincera, no soy insignificante para mí. Me guste o no, cada uno de nosotros nos consideramos el centro de nuestro propio universo porque somos el único cuerpo que podemos controlar y mover y el único cuerpo que consideramos nuestro. Y nuestra vida es la única que podemos ver por completo. Soy el centro de mi propio universo y por eso me universo es una mierda, pero como en mi universo puedo hacer lo que quiera también es asombroso, porque puedo hacer de mí una perra narcisista y puedo convertirme en la reina de los inadaptados. Estoy muy feliz de que ya maduré lo suficiente como para no interesarme por buscar quién soy o una identidad. Soy yo, para mí eso ya es suficientemente jodido como para querer darme la carga de volverme falsamente una niña con entusiasmo de animadora y tetas grandes.

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