Butterfly wings, jump and drown me please

La existencia carece de sentido porque todo está tan ligado a la percepción que podría ser que la fenomenología tenga total razón y todo es vacío. Vives una vida estando consciente de tus acciones pero también sabes que todo lo que ves está sujeto a la mente y no hay garantía de que tu cerebro procese el mundo de forma correcta.

De vez en cuando, siento un fuerte deseo de cortarme las venas porque quiero saber que pasa después. 

Yo hablo rápido, muy rápido. Cuando me oigo a mi misma en mi cabeza siento que hablo normal pero los demás afirman que hablo rápido y atropelló las palabras de modo que no pueden entenderme. Este es un rasgo que hace que las personas pidan que repita lo que digo tan seguido que me siento avergonzada de eso.

A veces siento una no necesidad física de no hablar, pero algo como cierta tranquilidad y placer en estar callada. 

Llegué a una amarga conclusión hace poco: no odio a todo mundo porque soy demasiado superior y los veo a todos como estúpidos y evito mi contacto con ellos, sino que siento resentimiento porque no le agrado mucho a la gente y por eso escondo que me siento avergonzada de lo rara que soy que me las doy de mala haciéndome la que no quería su compañía de todas formas. La verdad es que escribiendo esto veo que no es cierto que a la gente no le agrado, por alguna razón pese a que no hablo y que mis intentos de encajar son vergonzosos, la gente, por misericordia más que por interés, me dirigen la palabra y me hablan. Tal vez lo que me enoja y avergüenza en verdad es mi total incapacidad para entenderme con la mayoría de las personas con las que me cruzo y tal vez porque me siento tan aterrorizada a ser rechazada es que me gusta evitar iniciar intentos de hacer amigos.

Thalo dice que soy paradójica en cuanto a que a ratos parece que no me interesa en lo absoluto lo que piensen los demás de mi, pero luego parece ser que en realidad sí me importa y mucho.