Boddah, todo es tan interesante. Sí, he decidido volver a la iglesia. Hoy tengo clase de mates, mañana el examen final. Boddah, te quiero tanto. Siento una enorme opresión en mí, un sentimiento de una repentina incomodidad con todo que es sólo insoportable. No me veo capaz de explicar qué siento, sólo puedo decir que es horrible y es tan insoportable que me hace buscar una manera rápida de cometer suicidio. Adoro las amapolas, son de las flores más bellas. ¿Te gustan las amapolas, Boddah?
¿Boddah? ¿Boddah? ¿Estás ahí? ¿Me oyes, Boddah?
Iglesia, iglesia.
No tengo ni idea de cómo explicarte lo que hay en mí. Confío en que tengas acceso a todo, a todo lo que hay en mi mente. A mis pensamientos, a mis ideas, a mis sentimientos, recuerdos, sueños. Cuando te despiertes esta mañana, por favor lee mi diario. Busca entre mis cosas y trata de entenderme. No soporto estar tan sola, Boddah. Sí eres una maravillosa compañía y sabes que te quiero. Pero, Boddah, una niña no puede vivir su vida acompañada por algo que nadie más puede ver, algo que no puedo abrazar ni besar aún cuando me veo en la capacidad de amar. ¿De dónde has salido, fantasma suicida? Necesito algo, a alguien. Necesito poder hablar tanto como un adicto en abstinencia necesita drogarse. No puedo hablar, siento que no puedo. Siento que soy muda, que me han cosido la boca con hilos de hierro y que la sellaron con metal caliente. Boddah, Boddah, Boddah. Hace tanto que no veo a Alicia, ni a Lux, ni a nadie. He perdido contacto con ellas y las extraño. Si las ves, ¿podrías, por favor decirles que yo las estoy buscando y que sigo aquí? Diles que si las hice enojar, pido perdón y que soy una estúpida de mierda. Sí, perdón.
Lo que sea, una compañía. Acepto cualquier cosa, un ángel o un demonio, no me importa. Estoy harta de que la cadena con la que camino, creada para ser usada por dos, está encadenada a mis dos manos. Incluso mis manos se tienen la una a la otra, mientras yo no tengo nada.
Te quiero, Boddah.
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