Friday, May 4, 2012

El asaltante inexpresivo dentro de la mente de una dormitante soñadora

Hace un par de días tuve un sueño. En él estaba yo, no recuerdo muy bien todo, en una parte de mi sueño, que era en una ciudad sin coches y parecía ser sin gente aunque daba cierta impresión de estar tan atestada de personas como Nueva York y en cuanto a ciertas casas, basándome lo que he visto en películas, tenía edificios residenciales pequeños parecidos a los de Nueva York. Como decía, en una parte caminaba con mi madre por la calle, junto a una malla de tela metálica, y llegábamos a una especie de parte en la que había un alto en la tela metálica, para luego seguir, pero dejando espacio a una entrada, que era una plataforma de madera, un simple cuadrado, que se unía a unas escaleras para bajar a un lugar lleno de bosque. Aun no sé si ese espacio de bosque pertenecía al lugar donde vive I o a una escuela a la que quiero ir a estudiar.
Luego estoy en medio de una calle, una calle que tiene casas de dos pisos tipo Nueva York, como los edificios residenciales de allí hechos de ladrillos coloreados pero hechos una casa normal de un par de pisos, una calle amplia de una ciudad normal, y recuerdo que en una esquina había una subida en curva, una curva suave y ancha. En medio de esa calle, justo en el centro, estaba yo. Estaba con un hombre, él quería violarme y estábamos luchando.
No sé cómo yo sabía de sus intenciones.
Seguía agarrándome, no me quería dejar ir. Pero yo forcejaba con fuerza, estaba apunto de soltarme pero él me agarraba de nuevo. ¿Qué era todo eso? ¿Dónde estaba la gente? ¿Nadie miraba por sus ventanas y venía a ayudar a pesar de que yo sentía sus presencias? Era algo muy raro, como si estuvieran allí, observando, pero en espíritu, no en cuerpo.
Finalmente, después de un movido forcejeo en el que, hasta donde recuerdo, no me quitó la ropa ni nada parecido, con miedo y adrenalina corriéndome por el cuerpo mientras luchaba por soltarme de aquel extraño al que le vi la cara pero, como siempre, no puedo recordarla, le di un par de fuertes golpes en la entrepierna y él calló al piso pero no gritó ni hizo gestos de dolor (eso lo habría recordado), sólo me soltó y se arrodilló en el piso, mirando el asfalto bajo su cuerpo, simplemente con algo como "¿qué ha pasado?".
Aparecí de nuevo en ese lugar, el de antes, junto a la malla de tela metálica. No recuerdo nada más.
Estoy oyendo Old Age de Nirvana, adoro esta canción, la voz de Kurt Cobain al cantarla me gusta. Me suena, al menos a mí, de forma triste, melancólico, siento que se siente triste, aburrido, monótono y ahogado pero optimista y viendo la luz al final del túnel.
La feliz alegría, la alegre tristeza.

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