La primera vez que sopesé el suicidio contaba con nueve años. En ese entonces, no pensaba en este de forma tan profunda como ahora.Se lo comenté a S, como una opción. Ni sabía por qué quería tomar la decisión de morir. Supongo que lo vi simple, te vas y listo, es sólo eso. Ella se sobresaltó y me dijo "¡Alice, no hagas eso! ¡Pero en qué cosas estás pensando!". Ni sabía el cómo. En ese momento, creía que sólo era morir, no sabía como matarme y no le tenía miedo por eso, porque no entendía a fondo el proceso de desaparecer de la vida. Creía que morías por viejo, por enfermo o porque alguien te mataba; mas era un poder único de los asesinos, el cómo era desconocido, algo que sólo ellos sabían hacer y que los niños no conocerían hasta ser mayores. Pero no pensaba el cómo, sólo pensaba en morir.
"Imagino mi cuerpo muerto cinco metros bajo tierra
el ataúd es cómodo, de pintura y de madera
estoy llena de gusanos y larvas
comen con emoción mi carne putrefacta
mi piel está casi del todo carcomida
están a punto de terminar de roer mi vagina
Se comieron ya la carne de mis pechos
los únicos acompañantes de mi eterno lecho
llenaron las cuencas de mis ojos
mis tejidos restantes, cada vez más pocos
no falta tanto para el fin de la odisea
hasta que se coman mi cerebro no abandonaré mi vana idea"
Este poema lo escribí hoy en clase, ahora he decidido nombrarlo "El ataúd bajo la lápida". Hace días que empecé a matar el tiempo escribiendo poemas durante mis horas de "enseñanza" pero en realidad es enseñanza vacía. Empecé a escribir poemas de matiz sádica explicita también, luego escribiré aquí alguno, pero por el momento no. Se los muestro todos a C, me alegra mucho puesto que me dice que tengo talento para ser poeta. Asusté a J, que leyó uno de mis poemas sádicos, tal vez sólo jugaba, o tal vez sabe que yo sí siento ese deseo de sangre, tortura y muerte. ¿Qué puedo decir? Desciendo de Illuminatis, de una linaje de ellos, o sólo entraron en mi cabeza desde muy temprana edad pero queriéndome hacer una sabia como ellos en lugar de una esclava. En resumen, entrenaron mis ojos de caleidoscopio. Sé más. Quiero que él sepa tanto como yo, pero sólo él.
Lo siento, hoy me siento oscuramente fuera de mí. Me voy a dormir, acabo de darme una ducha y depilarme las piernas. Estoy cansada. Anoche leí un libro (La noche estrellada, de Jimmy Liao) que me gusta y me conmueve "dedicado a todos los niños que no logran sintonizar con el mundo". Yo soy una de esas, amigo Liao.
Es interesante, me siento muy identificada con la niña del libro y con el niño también. ¿No es raro? Hasta donde sé sólo me siento identificada con cuatro personas en el mundo, y todas están muertas o no son reales. La primera y con quien más me siento identificada es Kurt Cobain, la segunda es Paloma Josse del libro 'La elegancia del erizo', la tercera y la cuarta son el niño y la niña del libro. Luego especificaré a fondo por qué, pero por el momento quiero dormir, morir.
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