Monday, June 10, 2013

La hija de Michael Jackson, Paris Jackson, trató de suicidarse la semana pasada. 
"I wonder why tears are salty ?"
Ella es guapa, muy guapa. Es un año mayor que yo pero en las fotografías se ve mucho mayor. Recuerdo el día que estaban pasando en la televisión el funeral de Michael Jackson. La Toya Jackson, creo que era ella, estaba junto a Paris mientras ella daba unas últimas palabras sobre su padre y lloraba. Me sentí muy mal por ella y yo sólo tenía unos diez años. "Él era muy raro, ¿de verdad ella lo quería?", pregunté a mi madre. Ella dijo que sí, que pese a cualquier error que él hubiera cometido él seguía siendo su papá. En esos momentos yo estaba en Brasil. Estaba en el apartamento de una amiga de mi mamá cuando encendí la televisión y, en portugués, se anunciaba la muerte de Michael Jackson. Lo recordaba únicamente como el hombre que pasó de negro a ser blanco, que cantaba y se agarraba la entrepierna al bailar. Como al cantante de Thriller, la canción que el algún momento escuché en la escena de una parodia de alguna película o un programa de televisión para niños. Años después de la fiebre de Michael Jackson, el momento en el que todo el mundo hablaba de él todo el tiempo, me encontré por accidente con una fotografía de Paris Jackson. Era impresionante. Yo la recordaba como una niña en traje negro llorando en un funeral. Y ahora tenía mi edad, me di cuenta de lo bonitos que tiene los ojos y de lo guapa que es. Luego se cortó el cabello y ando por la calle con una camisa de Kurt Cobain. Está en una situación parecida a la de Frances Bean: tu padre se muere y hay una enorme cantidad de atención en ti por razones que no tienen demasiado sentido. La diferencia es que Frances no tenía ni cinco años. El día que murió su padre ella tenía puesta una chaqueta con un estampado de leopardo, aunque probablemente entendía que algo pasaba. Posiblemente no supiera qué, pero sí algo. Era esa mirada curiosa en sus ojos que tenía todo el tiempo cuando era una niña, magnificada aquel día en las fotografías. Como era una bebé la atención no se centraba en su reacción a la muerte de su padre, sino que se centraba en su madre lo cual, sumado con sus problemas personales, la hundió aún más en sí misma, y es bien sabido que los seres humanos estamos compuestos de agua, carne y basura. Paris, al contrario, era consciente de lo que pasaba. El cuerpo de su padre, los titulares en los noticiarios y periódicos, la atención póstuma en general. 
Tomó un cuchillo de cocina  y se cortó las venas meses después de subir una fotografía a Twitter de la liga de goma amarilla que llevaba por el día de la prevención del suicidio, el diez de septiembre. Sus cicatrices podrían lucir en algunas semanas como las de mi prima, que son como largas y gruesas rayas claras en su muñeca, unas cuatro o cinco, y exhiben puntos en los bordes, probablemente de los puntos que le dieron en el hospital para cerrar la herida. Me pregunto que se sentirá ver como tu muñeca escupe sangre y estar consciente de que puede no detenerse hasta que ya no eres consciente de la habitación a tu alrededor. 
El departamento de policía de L.A. dice que quería atención. Si quería atención, quería algo en especial. Hay gente que quiere atención general. Otros quieren atraer a cierto grupo de personas porque esa atención roza los límites del cariño. Tomando en cuenta la presión que la muerte le ha traído, probablemente lo último que quería era tener a un montón de gente y a los medios mirando su cadáver y juzgando sus acciones. 

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