Vivir en esta casa es una puta tortura. No sé si mi padre se va sólo, sacó el coche del garaje. No lo parece, está bajo tensión aquí con mi madre porque no encuentran unas facturas o exámenes médicos o no sé qué mierda.
Luego mi madre va a mi escuela, hoy falté. Va a preguntar qué deberes tengo para la semana próxima, porque nos vamos una semana de 'vacaciones'.
Anoche, actué como colegiala, pero en lugar de amarrar una camiseta a una almohada, amontoné unos cobertores y recosté mi cabeza sobre ellos, como si se tratase del pecho de alguien, pero más suave.
Estuve pensándolo.
Por alguna razón, no puedo dejar de pensar en su vello púbico y el recuerdo me agrada.
Estoy oyendo Playground Love de Air, creí que sería malo oírla porque me atontaría más, pero en cambio me quitó las ganas de vomitar arcoíris.
Esa canción es como un antídoto para el asqueroso veneno que es el amor.
Me doy asco a mí misma, no quiero ser tan empalagosa.
Ya le conté lo sucedido a un amigo, me siento más calmada y más libre al respecto. Ayer me lamí varia veces los labios secos buscando a tientas el sabor de su miembro en ellos.
Me gusta atontarme de a momentos, y quedarme soñando despierta con cosas que sé que no pasarán. No he fantaseado con eso, no debería, no debo. Quiero que se lleven lejos lo que me hace ser inocente. No quiero ser una virgen. A estas alturas espero que el pederasta de mi abuelo sí me haya violado cuando era bebé, así me ahorraría la molestia de la sangre brotando de mi himen sellado. Sería incómodo, pero me agradaría. Luego practicaría más hasta ser casi tan buena en eso como una actriz porno.