Wednesday, October 10, 2012

Es una mierda saber que voy a vivir. Al no ser más una suicida, siento que ya no soy parte de nadie.
Estoy enamorada de la Hanna Hall adolescente, porque en todas las fotos que he hallado de ella siempre se la ve con una expresión monótona, su mirada es como si de veras fuese una suicida. Pero estoy totalmente enamorada, y lo admito, de la inexistente Cecilia Lisbon. De algún modo, es estúpido pacto que hice conmigo misma en el cual me juraba no vivir más allá de mi próximo cumpleñoas se debe en parte a Cecilia, simplemente por seguirla como se sigue a un ser en común en una secta. Incluso busqué la fecha exacta en la que se mató, que es dicha al final del libro, incluyendo la fecha de su intento y de su suicidio. Por un momento, pensé en la posibilidad de matarme en una especie de conmemoración a Cecilia. Ya sé, estoy loca, es algo imbécil y disociativo (entre la ficción y la realidad). No puedo evitarlo, veo a un personaje totalmente ficticio como un ser real y eso es enfermo. No alabo a Jeffrey Eugenides, sólo a Cecilia y a nadie más. Aunque me siento identificada con Lux en algunos aspectos, a quien también veo excesivamente real, no me agrada ella. No es Cecilia. No me veo capaz de explicar por qué, aunque entiendo perfectamente eso, la amo ni exactamente desde cuando comencé a sentirme inexorablemente enamorada de una niña de trece años irreal.
Ya, luego de pensarlo, me di cuenta de algo. Noté que la primera vez que me enamoré de una mujer no noté que estaba enamorada, pero, de algún modo, lo estaba. Fue hace dos o tres años, una niña de mi clase. Muy blanca, ojos cafés, cabello café y corto, tetas grandes. Se la pasa sonrojandose y tiene la piel sensible. Ya no es ella, ahora estoy algo enamorada de A, como ya he dicho anteriormente. Le he escrito poemas, poemas que ella no va a leer nunca y que posiblemente nadie leerá nunca. No quiero decirle a nadie, no voy a confesar eso, lo primero.
Desearía que me mataran. No soy capaz. Estoy herida por pelearme con M, es ese de internet con el que me hablaba por la página de carteles. Hablé mal, lo sé. No tengo demasiado orgullo, si no me pareciera excesivo ya le habría enviado un mensaje rogándole que me perdonara. No se trata de orgullo, se trata de que cuando le dije algo que considero importante sólo dijo "adiós" a modo de burla. Me jode, es una mierda porque odio que la gente actúe así cuando yo les confieso cosas de ese tipo. Odio que se burlen de esas cosas, lo odio.
Ayer fumé a eso de las dos de la mañana. Ya mantengo mucho control, un cigarrillo cada dos días.

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