Vemos como la gente sigue de forma tan devota las modas que casi parecen beatificarlas. Dependiendo de las modas, tendremos gente falsa, religiosos, prostitutas gratis para todos o todo tipo de mierda. Quienes siguen una moda actual dirían que por nada seguirían algo tan estúpido como hacerse religiosos, pero si se vuelve una moda olvidarán que han dicho eso en algún momento.
Quedé de chupar otro más, el de hace unos días.
Me siento vacía, necesitada.
Quiero vivir para cumplir una de mis más importantes sueños al convertirme en mayor: ser una adicta. Ya no tengo nada. No me queda dignidad, ni sueños esperanzadores, ni orgullo, ni interés, ni emoción, ni nada.
Me gustan los búhos y las tortugas. Las tortugas muestran la idea de ser totalmente paciente y estar protegido por ello, por tener el corazón lo más escondido posible dentro de una coraza que hace que parezcas ser solamente duro de corazón. Los búhos representan la sabiduría, además pueden voltear del todo la cabeza y eso da la impresión de que los han decapitado. Los ojos de los búhos me recuerdan a la luna, aunque no sé por qué.
Me encantó lo que escribí ayer. Sentía ganas de ser yo misma allí, de estar agonizando de esa manera. Me sentiría más viva que nunca. Nunca puedes sentirme más vivo que cuando estás al borde de la muerte, es porque aún sigues vivo pero por lo cerca que estás puedes ver la delgada linea entre el luto y las campanas.
Están cortando los árboles secos que hay en el parque frente a mi casa. Desde aquí puedo oír el sonido de la sierra eléctrica y suena como a un asesino psicópata descuartizando personas. Adoro esos árboles secos, son mis favoritos. El color grisáceo y el liquen que lo cubre me encanta. Me encantan esos árboles, y ahora los están matando. Me vestí de luto porque mataron a los árboles muertos que tanto venero. Los están talando porque hace dos noches se desprendieron unas ramas de los árboles y cayeron sobre un coche, al que no le sucedió nada. Ahora temen que puedan desprenderse de un momento a otro los trozos muertos de esos árboles grises cubiertos de liquen y que puedan lastimar a alguien o causar daños, y es por eso que en cuestión de dos días han tomado la decisión de masacrarlos. Estoy triste, my triste. Ver que están cortando a esos árboles, por alguna razón, me causan un dolor en el pecho y ganas de llorar. Es veneno. Interrumpen el descanso de los muertos para esparcir su veneno de desolación. Me siento destrozada, no quiero estar en ningún lado. ¿Por qué no pude ser uno de esos árboles muertos? Ya nunca más voy a poder tomar fotos a contraluz de las sombras de las ramas enredadas de esos árboles sin vida dibujadas en el cielo claro del amanecer. Ya no voy a poder verlos allí cuando vaya todas las mañanas a la escuela. Ya no van a estar allí para cubrir la vista de una ciudad llena de luces titilantes de casas de solteros, hoteles, centros comerciales, casas con familias felices y unidas, coches, calles y edificios.
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