Monday, October 29, 2012

You've taught me everything without a poison apple

Siento que debo disculparme. Siempre llevo ese maldito sentimiento de culpabilidad.
Ironía: si me diagnosticaran Trastorno Depresivo Mayor, al leer esas palabras en una hoja con mi nombre, creo que sería el día más feliz de mi vida. Al menos sonreiría y diría "este es el día más feliz de mi miserable vida".
Mi madre siente un odio muy, muy profundo por los abusadores de niños. Anoche veíamos un documental de un viejo que violó a sus hijas y salió impune. Mi madre se la pasaba repitiendo que deberían colgarlo de los testículos, con mucha ira. Es obvio por qué siente un odio tan personal hacia esas personas: porque representan la decepción (ira) que siente hacia su propio padre. Por favor, si yo tuviera un hermano y este tuviese una hija, para que a los diez años nuestro propio padre abusara de ella, sentiría algo complicado de describir. Una mezcla de decepción, enojo y simplemente un tipo de odio, especialmente porque, al menos hasta donde yo sé, no le han hecho nada. Es un hijo de puta.
Cuando tenga 16, quiero tener sexo con hombres de treinta años o más. Si pudiese hacer eso antes, incluso ahora, lo haría.
Voy a pintarme las uñas utilizando alcohol y un periódico.
Llevo puesto un sostén rosa con dibujos de flores y un bordado color beige en la parte de arriba de las cosas esas que me tapan las tetas. Se abre y cierra desde adelante, me encanta.
End this someday, what's that sound?
Broken heart and broken bones 
Me gusta mucho Vincent van Gogh, es de mis enfermos mentales preferidos. Él pintó Cráneo fumando un cigarrillo, y esa pintura me encanta. Esto puede sonar muy estúpido, pero al ver esa pintura me veo a mí misma. Me encanta La noche estrellada, al verlo me imagino en un sanatorio en Francia, drogada con LSD y viendo por mi ventana, como la noche se disuelve frente a mis ojos por culpa de los alucinógenos  En cuanto a eso, soy un poco como Jim Morrison, que pasó toda su juventud fascinado con Huxley y con la idea de probar las drogas psicodélicas. Los 60s... ¿cuánta gente habré matado en mi vida anterior para merecer vivir en esta generación de mierda?
Siempre me sentí diferente cuando era una niña, estaba hipersexualizada sin razón desde muy pequeña (eso es normal, creo, no sé), casi cometí incesto varias veces y siempre me personificaba a mí misma como un hombre dentro de mi mente. Recuerdo sentirme frustrada y confundida muy seguido cuando era pequeña porque en mi imaginación y en mis sueños muchas veces yo era un hombre, y eso me preocupaba, porque yo soy una niña. Lo del intento de incesto con mi prima, aunque era pequeña y ambas éramos mujeres (contrario a lo que me habían enseñado), nunca me afectó. Quiero decir que nunca sentí que fuera algo raro, no sentí la frustración que sentía cuando veía que mi subconsciente buscaba hacer de mí siempre un hombre. De verdad era una mierda, me jodía mucho. Ahora, estoy mejor. Tengo claro que, sin importar por qué mi subconsciente se empeñaba en hacerme sentir como un niño, yo adoro ser mujer. Adoro tener una vagina, y tetas, y odiaría tener un pene porque sería como tener las tetas junto a una vagina volteada hacia afuera. Al menos, en base a eso, puedo saber que la homosexualidad siempre me pareció algo normal, o tal vez yo no  entendía muy bien el tema como cuando tenía nueve años y no entendía correctamente el suicidio.
A los diez años, cuando sabía que mi prima L había empezado a fumar a los trece o catorce años, me escandalizaba. Lo repetía a maestros y a algunos amigos. Era porque de verdad me parecía escandaloso. Decía que sería muy fácil ser fiel en un matrimonio, que quería casarme y tener hijos, que jamás bebería ni fumaría porque no necesitaba eso ni me daba nada que no fuera malo. Me sorprende la ingenuidad que se tiene cuando se es un niño. Si nos remontamos a eso, algunas cosas que pensábamos de niños tienen incluso sentido. Lo de fumar es verdad. Sólo te ganas cáncer de pulmón. Sin embargo, con la lógica y todo eso, yo me prepararé para irme a fumar en unos diez minutos y luego dormir. Si mi yo de diez años me viera a mí con lo que hago ahora sé que le parecería que soy estúpida (y es que lo soy). Mi yo de diez años pensaba que una persona menor de unos, ¿20 años?, fumando, era algo escandaloso. ¡Debería mirarme ahora, a dos días de probar por primera vez la maría! Sinceramente, no quiero probarla. Lo digo sólo porque las drogas de ese tipo las veo, ¿cómo decirlo? Como algo más bien personal. Sentirte drogado es sentir el mundo besándote y golpeándote al mismo tiempo, y la verdad es que yo quiero vivir eso sola. Si puedo, ojalá, voy a pedirles que me den la marihuana y que prefiero fumarla sola. Espero que digan que sí. A cambio, vaginas gratis.
Quiero leer más de Huxley. Si supiera dónde conseguir LSD y marihuana en Miami o Nueva York, sería una maravilla. ¿Alguien puede ayudarme? Me voy de viaje, a Miami y a Nueva York, en menos de tres semanas. Si alguien pudiese decirme dónde puedo comprar LSD y marihuana (prefiero, más que nada, el LSD, aunque me contento con marihuana y heroína), sería excelente. Hablo en serio, por aquí no tengo dónde conseguir LSD. Sí tengo dónde conseguir marihuana.
Todavía me planteo cómo voy a estar más de una semana allí, sin cigarrillos. La ansiedad me carcomerá viva. Lo más complicado no es conseguir los cigarrillos, es conseguir dónde y cuándo fumar. Vamos a quedarnos con una amiga de mi madre y como no conozco el lugar no tengo por seguro que habrá dónde esconderme a fumar. Además, debo esconder la caja de cigarrillos. Aquí los mantengo escondidos dentro... ¿dónde estaban? Bien, en alguna parte de mi alcoba, sé que es en una de las esquinas. Pero allí no sé dónde podré esconderlos. ¿Alguien puede imaginar lo que una madre como la mía diría o haría si descubre que fumo? Sobre todo, no quiero que se ponga sentimental. Cualquier demostración de cariño o interés de ella por mí me da asco.
Mierda, me duelen las venas. En un rato voy a estar tan mareada que podría parecer borracha. Últimamente me está pasando algo que no sucedía antes: fumo un cigarrillos y al momento tengo vértigo. No sé por qué, no había sucedido antes.
Pato el pez controla el clima. Lo sé porque ha empeorado esa cosa del huracán en no sé dónde o algo así, en algún lado de Estados Unidos. Mientras empeoraba, Pato, en su pecera, se revolcaba como loco y se golpeaba contra las paredes. Ya está mejor, la verdad no sé. Se queda quieto mirando fuera de su confinada prisión transparente, consiente de que está encerrado. Le haré un favor: llenaré la tina del baño con agua, sé cómo hacer las cosas para que eso no le haga daño a Pato, y luego lo dejaré allí por un par de días. Sé que suena estúpido, pero si pasa un día más allí hasta yo tendría claustrofobia severa tras tantos días recluido en esa pequeña pecera.

No comments:

Post a Comment