Sunday, September 9, 2012

No recess

Estoy aburrida, no puedo comer. Es una mierda, no quiero comer. Esta tarde me llamaron D y J. J estaba  en la casa de D (pasa bastante tiempo allí, creo que va una vez por semana como mínimo). Me llamaron y, como de costumbre, estaba aquí. En este confinamiento al que me he sometido, siempre estoy aquí. Hablamos como por cinco minutos y hablé por un momento con J. Tengo que ser sincera, cuando oí la voz de D y luego cuando dijo que J estaba allí me sentí emocionada. Sentí algo en el pecho, como un calor agradable mezclado con cierto dolor molesto. Sí, lo extrañé mucho. Aguantaré con eso. Era como si no estuviese allí antes, porque parecíamos mantenernos lo más lejos posible el uno del otro, no físicamente porque, como dije antes, estuvimos a menos de un metro de distancia.
Sí, lo quiero mucho. No, no de esa empalagosa forma.
Si no fuera tan fea. Aunque no me lamento por eso, sería un problema si me sintiera verdaderamente jodida respecto a ello, aunque no le doy mayor importancia. No tiene remedio, así que, ¿para qué preocuparme? Estoy gorda, aunque no tanto. Podría ser mucho peor, me paso por unos ocho kilos de lo que sería lo correcto para mí, haciéndome quedar más cerca del maravilloso cuerpo de Kat Dennings. Amo sus tetas, no voy a negarlo. Y me parece que es hermosa.
Encontré estas fotografías de ella mostrando las tetas. Me alegré bastante al encontrarlas, me encanta como se ve. En el artículo había fotos de Jessica Alba, también, pero ella no me importa. Lo que sí me importaba, además de las tetas de Kat Denning, por supuesto, era un corto vídeo de Kristen Dunst mostrando las tetas. No es que tenga tetas como las de Kat Dennings, sólo que desde que vi a Kristen Dunst en Las Vírgenes Suicidas, cada vez que la veo no puedo evitar pensar en una novia adolescente que explota al máximo su sexualidad y es una suicida al igual que sus cuatro hermanas. Aunque no era tan importante respecto a Kristen Dunst, porque a Kat Dennings llevo un tiempo queriendo verle las tetas sin haber podido, en cambio a Kristen Dunst se las había visto ya hace un tiempo.
Eso fue divertido, poder hablar por un corto rato como un hombre hipersexualizado. En ciertos momentos me divierte hacer eso, utilizar a algunas mujeres que en ciertos momentos (o siempre) parecen ser únicamente muñecas sexuales. Claro que, al menos para mí, sería muchísimo más divertido poder saber qué hay dentro de las corazas de tetas y semi-desnudos, sería interesante hallar algo de valor. Como cuando se va a una venta de garaje y se encuentra un viejo LP de un grupo clásico, un disco original que no es fácil de encontrar. O como en ese programa de televisión donde unos tipos van a buscar en basureros y terminan encontrando un póster vintage o una botella vieja de edición limitada de coca-cola. Tengo que ir a orinar, con esto de beber dos vasos de agua al día, tomándome de una sola vez medio litro cada vez que bebo agua, es algo molesto. Aunque es útil, estuve leyendo que beber cantidades exageradas de agua de una vez puede ser muy peligrosos. Estupendo, de esa forma en caso de un accidente podría cumplir mi deseo de morirme y poder convencerme a mí misma de que fue un total y completo accidente, que no fue mi culpa ni fue egoísta. Sería muy ridículo, no me importa.
Hace unos días, en clase (olvidé decirlo antes), mientras pasaba la mirada por ese desorganizado salón para posarla en mi cuaderno de educación religiosa que uso como libreta de poesía, por un segundo toda mi vista, como la pantalla en mi cabeza de la cual veo lo que veo, se volvió la imagen de dos ojos en la oscuridad, muy, muy cerca, mirándome. No lo imaginé, era como si eso fuese lo que yo veía, lo vi directamente. Fue muy extraño, pero me encantó.
Mi padre no quiere levantarme temprano mañana, mi madre me llamará por telefono para que yo me levante y luego me vaya a clases en la mañana. No estoy acostumbrada, parecía ser la única y débil cuerda de plata de nuestra cotidianidad que nos daba una vaga relación padre e hija. Ya perdió el "buenos días, papá" y el "cinco minutos más". Ahora sólo le queda "Hola, papá" al volver de clase y "Buenas noches". Poco a poco, estamos más lejos. Somos dos seres humanos que viven en la misma casa y se ven todos los días, y que, aún así, apenas se conozcan entre ellos.

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