Me he dado cuenta de que hace un rato (al menos según mi concepto) no he profundizado en el tema de la muerte.
Acabo de leer sobre el tema (porque en realidad no quiero hacer nada más que pasarme el día viendo basura por internet como Family Guy o South Park. Es preferible a llamar a algunos amigos para salir, porque tengo la regla, tengo cólicos, me duele la cabeza y estoy muy cansada pero soy incapaz de dormir).
Decía que han habido casos de animales, no sólo seres humanos, que, contra sus instintos de supervivencia, buscan la muerte. Perros que se suicidan estando frente a un coche y sabiendo que les hará daño y seres humanos que se vuelan la tapa de los sesos tras años de mantenerse vivos respirando, hidratándose y comiendo. Leí sobre las Morias, de la mitología griega. Se supone que son algo así como hijas de la noche y que asisten al nacimiento de cada uno de nosotros, para hilar nuestra vida desde un principio y dejar nuestro futuro hecho desde el nacimientos con todas las suertes y desgracias anticipadas. Es algo reconfortante y al mismo tiempo hace que la vida sea aún más vacua. Si es cierto y conoces todo lo que te sucederá a lo largo de la vida-cómo morirás, cuándo, por qué, si te casarás, si tendrás hijos, se te ganarás la lotería- entonces por un momento te sentirás muy completo, te sentirás totalmente impresionado y como un dios. Sin embargo, a los pocos momentos la vida pierde sentido porque ninguna de las cosas que te sucederán llegarán como una sorpresa. Es como tener CIPA: una vida sin dolor se convierte en una vida demasiado buena, demasiado insensible. ¿De qué sirve pincharte con una aguja si no sentirás cómo rompe tu piel? No tendría nada, ninguna sensación. Sería el vacío. Siempre es preferible una vida totalmente llena de desgracias, miseria y dolor a una vida de perfección, alegría y suerte. Con la segunda, terminas perdiendo el sentido de todo en pocos segundos. Toda la alegría de tu vida se reduce a unos pocos segundos de placer. Ya me he salido del tema de la muerte para hablar de la vida misma. Es porque están tan ligadas como las trompas de falopio de esas mujeres que se las unen para evitar tener hijos.
Acabo de ver una fotografía de una malformación uterina en forma de corazón.
¿Qué se sentirá estar metido dentro de un útero y que de pronto este empiece a cerrarse para posteriormente ahogarte en sus paredes? ¿Es posible que si te lanzas de un edificio muy alto tu alma salga de tu cuerpo antes de golpearse con el piso porque el viento la arroja fuera? ¿Y si salimos mucho antes, a veces?
Demasiado significa más de lo que se puede soportar, más de lo necesario. A veces decimos eso sin razón. Demasiado feliz, por ejemplo. ¿Eso significa que no toleramos tal nivel de felicidad? Ya he dicho que creo que nuestro lenguaje, cada pequeña palabra, puede tener un significado mucho más profundo. Si tuviera un diploma en una universidad prestigiosa en varios campos de la psicología, psiquiatría y neurología escribiría un libro de esto.
Si nos quitamos todos los sentidos, absolutamente todos para quedar totalmente encerrados dentro de nosotros, escucharemos a Dios. Sabremos si es malo o si solía ser bueno pero nos abandonó. Creo que es una de esas dos opciones. Nos abandonaron, somos como cachorros en una caja de cartón que han sido dejados junto a la puerta de un supermercado.
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