Friday, September 28, 2012

Creo que hasta me sorprende que aún sigo escribiendo en este blog. Digo, siempre dejo las cosas a medias, me canso de continuar con aquello y sólo lo dejo. Pero esto no. Llevo más de cien entradas escritas y aún no me he detenido con esta mierda.
Acabo de dejar mi ojo abierto para tocarlo y presionarlo suavemente con el dedo. Me encanta hacer eso, siempre he querido presionar un ojo humano para saber si se siente como un juguete de goma.
Pensé en eso esta tarde, en por qué no me he cansado de escribir aquí. En ese momento, ignoraba lo obvio. Nunca puedo hablar de toda esta basura con nadie, eso me jode y mucho. Por eso aquí puedo escribir, y escribir, y escribir y decir mierda sin problemas. Es tan fácil y tan agradable que ya no es nada sorpresivo el que no haya abandonado eso tras un mes de entradas.
Ayer le toqué el pene a J. Con mucho menos significado que antes. No fue del todo, sólo le puse la mano encima del pantalón porque quería hacer sentir a P algo incómodo. Creo que quizás le ha molestado. Hoy no le hablé hasta que casi fue hora de irnos a casa. Le dije "hola" y luego "estoy tratando de iniciar una conversación" como me dice tan seguido. "Yo estoy tratando de evitarla", fue lo que me respondió. Reconozco que merece poder vengarse, llevo días evitando conversar mucho con él. No sé por qué, quizás porque me avergüenzo internamente de haberme comportado como una zorra los últimos días. Estoy algo hipersexualizada, me preocupa mi propio comportamiento. Mis "amigos" (a quienes no les tengo demasiado apego) comienzan a evitar que yo siga con mi comportamiento auto-destructivo  de vez en cuando, para variar. P me preguntó ayer por qué hago eso (se refiere a mi promiscuidad), que aún soy demasiado pequeña para irme con esa mierda y todo eso. V escondió mis cigarrillos, que finalmente me devolvió luego de rogarle (por lo que estoy muy agradecida ya que no quiero gastar tantos de mis Marlboros), porque dijo que no quería que yo fumase. Si de verdad les importa algo, lo aprecio. Aunque sea un poco. Todo es una mierda.
Volviendo a lo de hoy con J, él no quiso hablar. Justo cuando dijo eso yo tuve que contener un chillido, un sonido metálico, como el de una maquina que se ha estropeado. Un chirrido de que me sentía dolida. Y se lo dije "ahora me siento dolida". No le importó demasiado así que hice lo que me pareció más fácil: huí al baño y me escondí allí para llorar un poco. R entró al baño y tuve que quedarme quieta y en silencio. Al volver con todo el grupo sentado, quería decirle que viniera para hablar con él. De verdad que lo necesito, mi padre se pasó la mayor parte de la semana encerrado en su habitación. Hoy dejó la puerta abierta, pero permanece allí saliendo únicamente un par de veces. Necesito hablar. Mientras veía a J allí sentado, sin querer hablarme, sentí ganas de llorar. De verdad, me sentí como el ser humano más deplorable, estúpido y patético del mundo. Ya me sentía aún peor.
C rió de que yo chupe penes a cada rato y me enojé muchísimo. Estoy furiosa con él. Mi única excusa es que esto va más allá de lo que puedo controlar; no escogí tener un vacío emocional. D me llamó puta barata, no exactamente, más bien mandó a preguntar que si me gustaba que me llamaran así. No le importa si me mato, ya la verdad me es indiferente si le importa o no. No valgo nada, y ellos, las personas de un limitado grupo de gente que yo puedo decir que quiero de verdad, me lo restriegan a cada rato. Estoy más sola que nunca, es una puta mierda.
Es mi terapia, para tratar un poco mi vacío emocional. Es la terapia que consiguió que me cese el dolor en el pecho: cigarrillos, promiscuidad y escritura. No sé si ellos comprendan en realidad que cada mierda que dicen de verdad me afecta. Lo más posible es que no entiendan que por el hecho de que les quiera tienen un control peligroso sobre mí. Ya ni me controlo a mí misma, ya no soy yo. Sigo sin poder matarme, estoy confundida y ofuscada. Me siento perdida en medio de un inmenso, solitario y oscuro maizal del que me es imposible salir.
Nos estuvieron llamando últimamente con el consejero espiritual, a muchos de mi salón de clase. La razón es que el hijo de puta fanático religioso cree que estuvimos jugando a la Ouija. Sí, lo hicimos. No funcionó, no hablamos con nadie. Pero eso a él no tiene qué importarle.No lo hicimos en la escuela y no invitamos a nadie, no muchos. Fuera de allí, les dijimos a algunos. J nos pedía que no dijésemos nada. Yo no dije nada, la verdad no había mucho qué decir. Me sentí asustada  cuando me llamaron a mí, porque había mucho por lo que pudieron haberme llamado: los cigarrillos, el incidente en que nos encontraron a mí y a J escondidos, el miércoles cuando no quería entrar a la iglesia y dije que yo oía desde afuera (sí estaba oyendo desde afuera, dije que no quería entrar porque había mucha gente aunque en realidad me sentía mal por todo lo relacionado con mis problemas en casa. Eso no lo pude decir al maestro). La verdad, lo de la Ouija fue lo último que se me ocurrió como razón para ser llamada por el consejero espiritual. El hombre es intimidante, se las da de poderoso. Lo odio. Sus hijas son miserables. Es un hijo de puta.
No tengo demasiados problemas, son muy pocos. Nada fuera de lo común. Mucha gente pasa por cosas peores y lo mío es totalmente común, no es nada importante.
De vivir, no me casaré. Hoy en día, el divorcio ha dejado de ser una posibilidad en un matrimonio y ha pasado a ser una etapa final, casi un requisito o algo inexorable en una unión legal. Es una mierda.

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